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sábado, marzo 22, 2008

18 de Marzo de 1978 - Las aguas bajan turbias




Treinta años hace. Y para los que tenemos más de 30, muchas imágenes siguen vívidas, fuertes adentro nuestro. Es que marcó a nuestra comunidad como conjunto, y a muchas familias en lo personal. Treinta años atrás, se producía en Gualeguaychú la mayor inundación de su historia.

Yaguarí guazú. Río del jaguar grande. Que ha sido fuente de vida durante más de doscientos años para decenas de miles, y zarpazo de dolor y miedo unas pocas veces.
“Le debemos desde el nombre hasta la vida, ya que nació según su fundador "En la caída muy suave de una cuchilla espaciosa que termina a ochenta veras del Río Gualeguaychú (…) Por el lado N.E. tiene el río, y tiene alturitas que median entre él, y la población (…) El terreno distante de la antigua capilla, poco más de legua, es muy agradable, descubre el río y una isla que forma a la derecha de la Villa, le hace más graciosa la vista, por esta parte hay playa, y por la izquierda se arrima la canal a tierra de suerte que desde la carreta se puede cargar y descargar en la lancha. Establecido por aquí el paso de este Río tiene una bella salida”, escribió don Tomás de Rocamora en su carta fundacional, mientras entusiasmado le contaba al Virrey acerca del lugar elegido”, nos dice Daniel Hernández, ex jefe y entrenador de Bomberos, actual encargado de Defensa Civil de la ciudad.
Río que presenta una cuenca de 6.040 kilómetros cuadrados y una extensión de 180 kilómetros. “En los últimos años, la construcción de las rutas 14 y 136 han aportados verdaderos diques reguladores de los caudales que bajan desde la alta cuenca -agrega Hernández-. En la ciudad, hoy se construyen calles siempre por encima de la cota de 4 metros, ya que es la cota de evacuación. Antes, con calles más bajas y sin asfalto, había que salir corriendo con el agua en el barrio, delante de la casa, en el zanjón”, sostiene.
Las inundaciones en Gualeguaychú pueden producirse por distintas causas: sudestada, grandes lluvias en la cuenca, variaciones en el régimen del Río Uruguay.
Aquél 18 de Marzo de 1978. el río llegó a los 7,28 metros. Hubo más de 2.500 viviendas anegadas y diez mil evacuados y autoevacuados. “Fue una inundación aluvional de llanura, característica de zonas de montaña. Sin embargo, acá sucedió, y fue por razones bien específicas que no han vuelto a conjugarse porque aprendimos la lección”, explicó.
Por qué Gualeguaychú se inundó tanto en tan pocas horas
Una inundación aluvional no es común en ríos de escasa pendiente. ¿Qué sucedió treinta años atrás? Había llovido casi 400 ml en una semana en la cuenca alta del Gualeguaychú. Se estaba inaugurando el complejo Zárate-Brazo Largo y avanzaba la construcción de la ruta nacional N 14, pero aún las obras de arte no estaban hechas (puentes). Sobre el río Gualeguaychú se habían colocado una suerte de caños para drenaje en los lugares en que la ruta se topaba con él. Y sobre los caños iban terraplenes y taludes útiles para transitar con maquinaria y equipos.
“Todo ello hizo efecto dique, que no presentaba problemas para el poco pasaje de agua propia del verano, pero que no soportó las lluvias extraordinarias que llegaron”, cuenta Hernández. “El dique se rompió. Recuerdo que Méndez Casariego, dueño del Salto de Méndez, vino a alertar a Prefectura diciendo que nunca había visto el río así. Pidió que se diera la voz de alerta. Pero le respondieron que era un repuntecito más…”
Lo de aluvional se dio por la rotura del endicamiento que conformaba la construcción de la ruta 14 sobre el río Gualeguaychú, pasando Barbará donde hoy hay un puente que, por el contrario, regula la bajada de aguas en caso de grandes lluvias y actúa como zona de defensa.
Los terraplenes no resistieron. La rotura soltó de golpe en pocas horas una gran masa de agua que se precipitó con presión sobre la ciudad. Fue una avalancha de agua, relata Hernández.

El agua se llevó casi todo
La desazón es difícil de explicar a quien no la siente. Baste imaginar el cuadro de barro chirloso y fétido en todas las habitaciones de la casa, pegado al piso, los muebles, las paredes hasta uno, dos metros de altura. Las heladeras, mesas, televisores flotando por las calles. La ropa inusable.
Daniel Hernández era bombero. Hubo sorpresa en el cuartel. Sonaron las sirenas del frigorífico y de los Bomberos Voluntarios. Muchos perdieron todo y muchos recibieron todo. Pero no eran los mismos: las familias de clase media no recibieron la ayuda social con la que sí contaron los vecinos de zonas más pobres. Aquello de una cierta vergüenza social que impide pedir o los prejuicios de quienes creen que tal o cual no necesitan recibir. Los que más tenían, inevitablemente, fueron los que más perdieron.
Dicen que había un casamiento esa noche en la parroquia de Fátima. Que la novia entró a pasito lento como es de estilo y debió salir en brazos para no arruinar vestido y zapatos en el agua. Que muchos se despertaron a la madrugada con el agua bajo la cama.
“El máximo ritmo de crecida se registró en la planta urbana entre las 22:00 y las 23:00, en cuyo lapso el nivel ascendió más de un metro. Esta velocidad de inundación dificultó tomar medidas precautorias –afirma Hernández-. Sorprendió a autoridades y vecinos. Felizmente, las aguas del Uruguay estaban bajas, lo que permitió un rápido escurrimiento. Entre el 20 y el 22 de marzo de 1978, los vecinos afectados iniciaron les tareas de limpieza y reconstrucción. La más grande inundación de que se tenga noticias en Gualeguaychú había pasado”.
Entre octubre de 1997 y mayo de 1988, el fenómeno del Niño jugó una mala pasada a nuestra ciudad. “Hubo seis repuntes o inundaciones que obligaron a evacuar a los vecinos ribereños, generalmente provenientes del valle de inundación del Arroyo Munilla, en números que oscilaron entre 180 y 200 vecinos. Además de los autoevaluados unos 150 vecinos que -aun
inundados- no quisieron abandonar sus viviendas”, describe Hernández.
En 1863 se inauguró el muelle del puerto de Gualeguaychú, remodelado posteriormente varias veces. Este muelle, la construcción de la Avenida Costanera y de sistemas de desagües pluviales contribuyeron a amortiguar los efectos de repuntes e inundaciones. El Consejo Federal de Inversiones (CFI) hizo propuestas de obras tanto preventivas como aliviadoras: canales, terraplenes y barreras, lagos en la cuenca media, dragados. En 1992, el Consejo Consultivo de Planeamiento de la ciudad, integrado por representantes del Concejo Deliberante, el Departamento Ejecutivo, el Centro de Defensa Comercial, la Corporación del Desarrollo, Centros de Profesionales de Ingeniería, Arquitectura y Agrimensura, Comisiones Vecinales y otras instituciones de Gualeguaychú, presentó propuestas que reducían riesgos y costos sociales de las inundaciones.
Varias se han puesto en práctica. Por ejemplo, construcción de los barrios Cuchillas 1, 2, 3 y 4, programa 1000 viviendas, mejora del sistema de desagües intentar sistema de alerta temprana (que aún no se ha logrado), trasladar a los habitantes de áreas inundables a zonas altas (ya implementado).
Se consolidó en la zona del Arroyo Munilla el plan de mejora barrial (Promeba), con pavimentos, agua, cloacas. Se trasladó a los habitantes de los barrios Tiro Federal y Munilla, las dos grandes áreas de impacto de inundaciones. Trabajó en esto la comunidad completa.
La inundación del 59 dejó gran cantidad de afectados y un barrio nuevo: muchos vecinos que vivían en la costa fueron reubicados en el Barrio Hipólito Irigoyen, conocido como Barrio de los Inundados, en Primera Junta al 500.
Don Julio Alejandro Bibé tenía su vivienda en Doello Jurado (Paraná en aquellas épocas) y llevaba un registro minucioso de cada crecida de las aguas, más exacto que el de Prefectura. Anotaba día, hora y cota según la altura a la que el agua llegaba en la puerta de su casa.

Punto de vista
Los evacuados de 1978 fueron alojados, como en otras inundaciones, en el Cuartel de Bomberos y los clubes Central Entrerriano, Racing, Independiente y Defensores del Oeste. Se dividía a las familias con plásticos negros; recuerdo que había tolderías de ropas colgadas y muchos niños que no sabían qué hacer o dónde ubicarse. Mucho olor a desinfectante. Muchos fuimos voluntarios entonces para ayudar a cocinar o simplemente, para entretener a los chicos, jugar, trasladar y organizar las apiladas donaciones que llegaban permanentemente de todos los puntos de la ciudad.
El cuadro no dejaba de ser deprimente. Pero como en cada crecida de las aguas, la solidaridad de la comunidad fue grande y la entereza de los inundados, más.

¿Y si hay una nueva inundación súbita….?
Defensa Civil de Gualeguaychú
defensacivil@gualeguaychu.gov.ar ofrece algunos consejos importantes ante situaciones como las vividas en inundaciones sorpresivas de años pasados. Por ejemplo:
1 - Si ha estado lloviendo fuerte durante varias horas, o lloviendo en forma continuada durante varios días, esté alerta a la posibilidad de una inundación.
2 - Escuche las emisoras locales de radio o de televisión para recibir información sobre inundaciones.
3 - Reduzca los daños de las inundaciones: levante el muebles y equipos eléctricos, previamente desconectados, si están en un área de la casa que pueda inundarse. Consulte a un especialista para obtener más información sobre las medidas que se pueden tomar para reducir los daños.
4 - Las inundaciones pueden tomar entre varias horas y varios días en desarrollarse: una ADVERTENCIA de inundación significa que es posible que ocurra una inundación en su área. Un AVISO de inundación significa que una inundación está ocurriendo u ocurrirá pronto en su área.
5 - Las inundaciones súbitas pueden tomar entre pocos minutos y pocas horas en desarrollarse. Un AVISO de inundación súbita significa que una inundación rápida está ocurriendo u ocurrirá muy pronto.
6 - Prepare un Plan familiar contra desastres. Verifique si tiene una póliza de seguro que cubra inundaciones. De no ser así, averigüe cómo obtener una póliza de seguro contra inundaciones. Mantenga las pólizas de seguro, los documentos y otros objetos de valor en una caja de seguridad.
7 - Reúna un botiquín de suministros para desastres que contenga: Botiquín de primeros auxilios, y medicamentos esenciales. Comida enlatada y un abrelatas. Por lo menos 10 litros de agua por persona. Ropa de protección, impermeables, y ropa de cama o bolsa de dormir. Radio a pilas, linterna y pilas de repuesto. Artículos especiales para bebés, ancianos, o familiares discapacitados. Instrucciones por escrito sobre cómo desconectar la electricidad, el gas y el agua si las autoridades le aconsejan hacerlo. (Recuerde, necesitará que un especialista vuelva a conectar el servicio de gas natural)
8 - Identifique dónde puede ir si le dicen que tiene que desalojar su vivienda. Elija varios lugares: la casa de un amigo en otra ciudad, un hotel o un refugio.
Las lluvias continuas durante varios días pueden hacer que un río o un arroyo crezca e inunde las áreas circundantes. La inundación súbita después de lluvias intensas de una 40 milímetros (o más) por hora, con frecuencia toma desprevenidas a las personas.
No obstante, la regla para estar seguro es simple: diríjase a zonas más altas y manténgase lejos del agua. Incluso aguas de poca profundidad, pero con corriente veloz, tienen más fuerza de lo que la mayoría de la gente se imagina. Lo más peligroso que usted puede hacer es tratar de caminar, nadar o manejar a través de dichas aguas rápidas.
Sin embargo, usted puede tomar medidas para prepararse contra dichos tipos de emergencias. Haga que varios miembros de su familia revisen las prevenciones mencionadas antes. Luego, reúnanse para discutir y concluir su Plan familiar contra inundaciones.
No salga a pasear por las áreas en riesgo de inundación (Costanera, Boulevard de León, etc). Los residentes de esa zona que estén evacuando se verán entorpecidos por su curiosidad y paseo.
Y recuerde: si ocurre una inundación, un tornado, un incendio u otra emergencia en su comunidad, es mejor estar preparado para algo que NO VA A OCURRIR a que nos ocurra algo para lo cual NO ESTAMOS PREPARADOS









Ochenta y dos años de estadísticas y las mayores cotas
Los registros oficiales de la Prefectura de Gualeguaychú entre 1926 y 2007 marcan el siguiente cuadro de alturas máximas del agua de nuestro río:
1978 – 7,28 metros
1959 – 7,15
1972 – 5,38
2007 – 5,22
1966 – 5,10
1984 – 4,82
1983 – 4,61
1973 – 4,48
1940 – 4,45
1955 – 4,36
1998 – 4,17
2002 – 4,02
1993 – 4,00